Economía









Tahal ha sido la cabecera comercial y social de la zona, pero la mejora de las comunicaciones, el auge de la comarca del mármol y las pocas ideas de la administración han ido deteriorando la calidad de vida y el poder económico del lugar.
Los barrancos de San Felipe, Xemecit, Benimedala, Benaxaume y Tabernas, La Hoya, Chopo y Campillo han sido lugares productivos, a pesar de sólo contar con pocas fanegas de tierra para el cultivo de buena calidad; numerosos morales (2.631 en el s. XVI), parras y almendros fueron su base, con escasos olivos (8 por 100 del arbolado durante la repoblación) y algunos frutales.
Aunque cada vez hay menos tierras dedicadas al riego, lo normal era que se cultivaran unas 150 has., que producían patatas y hortalizas para el consumo de la comarca; las tierras de secano se han utilizado para la producción de cereales (trigo, cebada, centeno y lentejas), con cultivos alternos. Al reducirse la producción de cereales, hoy tiene más interés para los agricultores el almendro y la recuperación de las 150 has. de olivar que, unas veces en abandono y otras con más cuidados, se mantienen.
Es un lugar de tradición ganadera, dentro de las limitaciones de pastos de la zona; con una media de 2.500 cabezas de ganado lanar y unas 800 de cabrío han sido un buen complemento para las economías de subsistencia de los agricultores que han permanecido en el pueblo.


"Vista General de Tahal"
La industria de esta pequeña villa se basaba en los molinos harineros (dos en el Arroyo de Enmedio y dos en el Postrero), un horno de teja y dos telares para la fabricación de paños y colchas de seda; en los últimos tiempos se ha continuado con los telares de jarapas y lienzos para costales.
Hoy se reduce la actividad industrial a la producción de aceite en la época de cosecha (2 almazara), panaderías, carpinterías y la miel de las colmenas. La leche de cabra se vende a las centrales lecheras de Uleila del Campo, Albox y a la cooperativa de los Filabres. Los tres comercios actuales dedicados a la alimentación, ferretería, ropas y artículos variados mantienen vivo el escaso ambiente comercial entre los pueblos de la sierra.







 
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